2 cuarentenas en 1 año

No! Que nadie se me alarme todavía, no estoy prediciendo el futuro ni adelantándome a lo que pudiera pasar. Sólo os vengo a contar cómo en menos de 7 meses he pasado (o estoy en ello), 2 cuarentenas “deportivas”: la correspondiente a la maternidad y en la que estamos inmersos ahora mismo por culpa del maldito bichejo COVID19. Y cómo la primera me está sirviendo a sobrellevar la actual.

Durante las 40 semanas de embarazo me mantuve todo lo activa que pude y las circunstancias me permitieron. Con algunos altibajos y algún parón obligado en los primeros meses de gestación. Fueron unos 7 o 10 días de reposo que comenzó siendo relativo para terminar sólo moviéndome de la cama al sofá y viceversa. 

Pasado ese pequeño sustillo recuperé mi actividad física con normalidad, dejándome guiar por las sensaciones, sin agobiarme y haciendo lo que podía según el momento y las temperaturas dejaban. Hasta las 25-27 semanas continué corriendo, combinándolo con natación, hasta que poco a poco sólo nadaba y paseaba, para llegar al parto en la mejor forma posible y que así la recuperación fuese también más rápida.

Pero la vida de por sí es improvisada, y Alaia terminó llegando al mundo a través de una cesárea, con sus pros  y contras que conlleva una cirugía, su consecuente cicatriz y recuperación precisa. Si lo conveniente tras haber dado a luz, por el “cauce” natural es dejar pasar 40 días para realizar actividades de impacto, en una cesárea son necesarias “8 semanas, por lo menos desde el punto del suelo pélvico. Los abdominales no se cortan, sino que se separan a nivel de la aponeurosis o zona de unión de los rectos abdominales. Con prudencia y si no hay dolor, 8 semanas es la indicación de inicio de ejercicios de impacto” (indica @matronicidio ). 

Y aunque en mis planes estaba contemplada esta posibilidad, quería pensar que no se llegara a producir.  Sólo estaba deseando poder correr, retomar mis actividades físicas con las menores limitaciones posibles, pero eso tuvo que esperar. En cada cita con la matrona, o cada revisión con la ginecóloga, siempre preguntaba lo mismo ¿Cuándo puedo empezar a correr? Y la respuesta nunca variaba: todo va muy bien, la cicatriz es estupenda, pero tienes que esperar 2 meses. Al mes me dejaron empezar a hacer bici estática, que lo traduje en rodillo, con poca intensidad, sólo por el placer de poder mover las piernas.

Sea cuando sea, salvo que seáis de los afortunados que tengáis cinta para correr, en nuestro regreso tendremos que contenernos. Empezar a correr como si una lesión se hubiera cruzado en nuestro camino y lleváramos mucho tiempo sin hacerlo. 

De momento, “sólo” han pasado 5 semanas desde que estamos confinados en casa, a estas alturas, aún me restarían 3 más hace medio año para poder dar mis primeras zancadas. No negaré que a ratos se me hizo, como en estos momentos, largo, pero suplía mis ganas de hacer lo que no podía con lo que tenía a mi alcance, el rodillo. Sabemos que, al menos nos quedan unos cuantos días más antes de volver a tomar los parques y disfrutar.

Nos quedan muchos kilómetros por recorrer, muchas carreras por compartir y retos por conseguir.

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